Os contamos el caso de Sam, un adorable Labrador que empezó a venir por unas lesiones de piel en los tarsos con las que llevaba año y medio. La piel estaba muy engrosada y degenerada, con supuración sin bacterias.

Además Sam tenía que llevar constantemente collar isabelino para evitar el lamido, que empeoraba la situación.

Enfoqué el caso con terapia neural, buscando el posible efecto limpiador tanto de toxinas como de memoria de lamido, y ha funcionado muy bien.

Aquí os mostramos la evolución en 3 meses. La lesión de la patita trasera izquierda prácticamente curada del todo y la de la derecha mucho mejor que al principio. Y casi lo mejor: ¡Sam vive sin collar isabelino ya!